Guía para comprar una almohada

Si ya ha pasado un tiempo considerable desde que fuiste a comprar una almohada, es probable que ya hayas notado que la calidad se ha ido cuesta abajo y está permitiendo dolores en el cuello al momento de levantarnos.
Como regla general una almohada debe cambiarse cada 18 meses. Sin embargo, si la almohada es de espuma Memory Foam puede durar hasta 3 años. Las almohadas naturales tienden a durar más que las sintéticas, y las de mayor calidad suelen tener mayor vida útil que las económicas.
Si ya sientes grumos en tu almohada, es tiempo de que sigas los siguientes consejos:

1. ¿Qué señales me indican que debo comprar una almohada?
- Dolor en el cuello o en los hombros al momento de despertar: la solución es encontrar una almohada que se adapte a tu forma de dormir, que sostenga la cabeza de forma adecuada y alivie la presión.
- Sueño interrumpido: usar la almohada incorrecta puede causar un sueño interrumpido. Debido a esto, tu cuerpo tiene menos tiempo para la reparación de tejidos y el crecimiento muscular. Incluso va más allá del sueño, ya que su estado de ánimo, pensamiento y apetito se ven afectados. Además, la interrupción del sueño puede causar problemas de salud como obesidad, presión arterial alta, enfermedades cardíacas y más.
- Mala apariencia: Si tu almohada no es tan blanca como lo era antes, podría estar acumulando muchas bacterias, lo que no es bueno para la piel. Las almohadas se utilizan todas las noches, y durante este tiempo producimos sudor, lo que hace que la decoloración y las manchas sean muy comunes.
- Problemas respiratorios: Si sufres regularmente de una nariz tapada o que moquea, tu almohada puede estar llena de ácaros del polvo, lo que puede causar reacciones alérgicas. Invertir en una almohada nueva podría evitar que te despiertes con problemas respiratorios.
- Trasladarte de casa o comprar una cama nueva: seamos sinceros, renovar la habitación usualmente implica comenzar con pie derecho, lo que puede llevar a actualizarnos en cuanto a los componentes de descanso.
2. ¿Cómo comprar la almohada perfecta para mí?
Para responder esta pregunta es necesario que tengamos en cuenta tres factores principales: la posición para dormir, la preocupación por las alergias y la preferencia en la firmeza de la almohada.
En cuanto a la posición para dormir, podemos definirnos en tres categorías:
- Durmientes boca abajo: estos requieren almohadas más suaves y delgadas, con el fin de que esta no empuje el cuello demasiado alto. Lo ideal en estos casos es que mantengamos la columna y el cuello en un ángulo neutral, con el fin de eliminar el estrés en estas zonas. Tu cabeza solo necesita estar ligeramente levantada. Sin embargo, incluso con la almohada correcta, las personas que duermen sobre el estómago aún pueden experimentar dolor de cuello porque mueven la cabeza hacia un lado y no están alineados con la columna vertebral.
- Durmientes boca arriba: este tipo de personas usualmente busca una firmeza intermedia que mantenga el cuello recto con la columna.
- Durmientes de lado: para este tipo de personas sugerimos una almohada de firmeza densa. Lo ideal es encontrar una almohada que sea igual de gruesa a la distancia entre la oreja y el hombro. Cuando se acuesta de lado, la almohada debe ser lo suficientemente gruesa para mantener la columna recta, pero no tan gruesa como para doblar el cuello. Te sentirás más cómodo con almohadas firmes o extra firmes.
Sin embargo, la almohada debe escogerse según la comodidad de quien la utilice.
Las alergias también son un factor fundamental, puesto que materiales como el plumón, el latex o el trigo sarraceno pueden llevar a noches con poco descanso para ciertas personas. A su vez algunas personas pueden ser alérgicas a los ácaros, los cuales suelen preferir los rellenos sintéticos como el poliéster.
La lana es firme y puede durar mucho tiempo.
El algodón es igual, pero tiende a ser plano. Sin embargo, es una buena opción para las personas con alergias.
Mientras tanto, el látex es más firme y puede mantener su forma. Las almohadas de látex, especialmente las contorneadas, brindan un buen soporte para los músculos del cuello.
Por último, la espuma viscoelástica se adapta al peso y la forma de su cabeza. Es una buena opción para aquellos que experimentan dolor de cuello o espalda durante el sueño. El único inconveniente de esto es que retiene el calor.
En resumen, los rellenos de látex y espuma viscoelástica son las mejores almohadas para la postura.
Es importante que tengamos en cuenta los cambios relacionados con nuestra salud, ya que los cambios de peso, dolores o patologías afectan nuestras necesidades de descanso. Así pues, un cambio de este tipo debería ser razón para realizar cambios en cuanto al tipo de almohada que nos resulta más cómoda.
3. Factor esponjoso
Una almohada puede indicarte cuando está buscando un cambio de acuerdo a su esponjosidad, ya que este factor incide en la amortiguación y la durabilidad del producto.
Una almohada esponjosa da a entender que el aire fresco aún puede viajar a través de ella, por lo que tiene la capacidad de brindar un soporte cómodo.
Con el fin de probar la esponjosidad de una almohada te sugerimos doblarla por la mitad y notar si es capaz de volver a su estado natural por si misma. En caso de que no suceda, es momento de ir de compras.

4. El colchón, parte fundamental en la decisión
Si tienes un colchón más firme, probablemente quieras una almohada más densa. Si tienes un colchón más suave, te sugerimos elegir una almohada más delgada.
Esto se justifica sobre todo en los durmientes de lado o boca arriba.
La explicación principal es que un colchón más suave generalmente permite que el cuerpo se hunda en él, por lo que hay menos espacio entre la cabeza y el colchón. A su vez, los colchones más firmes evitan que se hunda tanto, dejando un espacio más grande entre él y su cuello para llenarse.
5. ¿Qué almohada es buena para mejorar el dolor de cuello?
Las almohadas con espuma Memory Foam están diseñadas específicamente para contornear las curvas únicas del cuerpo, lo que ofrece el mejor soporte en todas partes y mejora la postura al momento de dormir.
6. Complementa con una buena funda
Uno de los componentes más olvidados de una almohada es la funda exterior. Al momento de comprar, la mayoría de los compradores solo aprietan la almohada para sentir el relleno. Cuando compres tu próxima almohada, asegúrate de examinar también la cubierta exterior. ¿La tela se siente cómoda? ¿Está hecho con materiales duraderos? ¿Causará irritación en la cabeza o el cuello?
El algodón tiende a ser más transpirable que otras telas, por lo que si duermes y necesitas una almohada para mantenerte fresco, el algodón puede ser la respuesta. Si mantenerte fresco es importante, es posible que debas considerar almohadas especiales que están diseñadas para mantenerse frescas durante toda la noche.
¿Por qué pasarías tanto tiempo buscando la almohada perfecta solo para cubrirla con una funda de almohada inferior? Actualizar su funda de almohada puede hacer que cualquier almohada normal sea la «almohada perfecta».
Busca fundas de almohadas que sean hipoalergénicas y que se puedan lavar a máquina, pero que no irriten tu piel. Al combinar tu almohada con una funda de almohada reguladora de la temperatura, tu almohada absorberá el exceso de calor y lo liberará cuando haga demasiado frío, aumentando drásticamente tu comodidad a la hora de dormir.

7. Cuidado de las almohadas
Recuerda que para que tu almohada conserve su forma y prolongue su vida útil es necesario seguir ciertos tips de lavado que te compartimos en este artículo.