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Decálogo de la lactancia materna

6 marzo, 2020
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Uno de los temas en los que cada persona tiene un consejo, anécdota o sugerencia para los padres primerizos es sobre la lactancia materna. La actividad de amamantar al bebé requiere práctica y ensayo. Sin embargo, hemos recopilado los mitos más comunes en torno a este tema para mejorar la experiencia con nuestro recién nacido.

Mito #1: La lactancia materna es fácil

¡Falso!

Aunque es cierto que los bebés nacen con el reflejo de buscar el seno materno, el proceso trae ciertas peculiaridades. La posición de amamantar es muy importante y requiere práctica, tanto para las madres como para los bebés.

Recuerda que nuestros productos de Sleeping Baby pueden ayudarte a encontrar la comodidad adecuada para tus necesidades. Aun así, uno de los factores más determinantes dependerá del apoyo y acompañamiento que se brinde en el hogar y otros espacios de parte de sus seres queridos.

Es importante aclarar que el hecho de no amamantar no te convierte en una mala madre. Si bien la lactancia materna brinda grandes beneficios para la salud del bebé, se poseen alternativas para quienes por alguna razón deciden no amamantar. Lo importante en estos casos es alimentarlo adecuadamente con una fórmula que contenga los nutrientes necesarios y con el amor que la familia requiere para un sano crecimiento.

Mito #2: Es normal que la lactancia duela

¡No es del todo verdadero!

Muchas madres experimentan molestias durante los primeros días luego del nacimiento. Sin embargo, el dolor comúnmente significa que el bebé no se está prendiendo del seno adecuadamente. Se sugiere que, en vez de enfocarse únicamente en el pezón, le brindes al bebé el seno, de manera que pueda usar su mandíbula y lengua para masajear la leche.

El proceso de amamantar requiere un posicionamiento adecuado en el cual el bebé pueda sentirse seguro y protegido. Si se cumplen estas condiciones, el dolor no debería de prolongarse más de cuatro días.

Mito #3: Se debe dar un espacio de separación para que la madre “descanse”

¡Falso!

Este mito comenzó gracias a un problema de percepción. Omitir una alimentación en el día da la sensación de brindar un mayor suministro durante la noche. Sin embargo, se ha comprobado que cuánto más se amamanta, más leche se produce, por lo que si te saltas una alimentación es posible que tengas más en la noche, pero menos al día siguiente.

La única forma de garantizar una producción constante es con una alimentación constante, por lo que se recomienda la alimentación del bebé durante unas diez veces al día.

Separar a un recién nacido de su madre también implica restarle al bebé el sentimiento de protección y seguridad que le brinda estar cerca de sus seres queridos.

Lactancia materna sleeping baby

Mito #4: La madre solo debe comer alimentos simples mientras amamanta

¡No es del todo verdadero!

No hay necesidad de cambiar los hábitos alimenticios. Los bebés están expuestos a las dietas de sus madres desde que están en el útero, por lo que lo sugerido es que continúes con una dieta equilibrada.

Es importante recalcar que al momento en que los alimentos se digieren y se convierten en leche materna ya han pasado por un proceso donde los elementos potencialmente dañinos se han descompuesto.

Mito #5: El ejercicio afecta el sabor de la leche

¡Falso!

El ejercicio es saludable, tanto para la madre como para el bebé. Según la creencia popular el ejercicio produce altos niveles de ácidos lácticos, lo cual genera un sabor desagradable en la leche. Sin embargo, estudios recientes aseguran que los bebés no notan ninguna diferencia.

Mamá haciendo ejercicio con hijo

Mito #6: Muchas mujeres no producen suficiente leche

¡Falso!

En circunstancias normales, una madre produce la leche necesaria para alimentar a su recién nacido. En los primeros días, si el bebé está alimentándose en promedio de ocho veces al día, la madre producirá unos cinco mililitros de leche. Esta cantidad es muy pequeña, pero es la suficiente para alimentar el estómago del recién nacido.

Si la madre continúa alimentando, el mismo cuerpo dará las señales necesarias para aumentar la producción. Esta cantidad puede variar por otros factores como el estrés.

Mito #7: No se debe amamantar si está enferma

¡No es del todo verdadero!

Depende del tipo de enfermedad, pero generalmente la enfermedad no debería de afectar al bebé. Esto siempre y cuando que la mamá tenga el descanso y la alimentación que requiera.

En el caso de una gripe, la opción de amamantar al bebé es incluso buena, puesto que le transmite los anticuerpos necesarios para construir sus propias defensas.

Sin embargo, es importante tener las medidas necesarias para evitar complicaciones. Si tienes gripe lo ideal es que no tosas cerca al bebé y evites contactos como por ejemplo los besos.

Mito #8: La lactancia materna evitará que quedes embarazada

¡Falso!

Si tienes relaciones sexuales, la posibilidad de quedar embarazada es latente, independiente de si estás amamantando o no. Sin embargo, la probabilidad de concebir es menor si estás dentro de los primeros seis meses de lactancia, el ciclo menstrual no ha regresado y el bebé está siendo alimentado regularmente.

Mito #9: No podrá amamantar si se sometió a una cirugía de aumento o reducción de senos

¡No es del todo verdadero!

El proceso de implantes mamarios generalmente se inserta cerca de las axilas o debajo del músculo del pecho, por lo que no deberían interferir con la lactancia.

Sin embargo, si en el proceso se extrajo el pezón para recolocarlo, la lactancia si puede verse obstaculizada, ya que este procedimiento altera tantos nervios que la producción de la leche puede verse afectada significativamente.

Mito #10: Si vuelve a trabajar, tendrá que dejar la lactancia materna de lado

¡Falso!

Muchas mujeres continúan amamantando después de regresar a su trabajo. Para este tema es importante verificar las políticas laborales que rigen actualmente en el país y aquellas específicas dentro del lugar de trabajo. Según las posibilidades que te brinden, puede ser una buena opción alimentar al bebé en casa o extraer la leche para que el bebé sea alimentado en las horas que está acostumbrado.

Si la opción es el bombeo de leche, probablemente esta práctica consuma gran parte del tiempo libre y energía, por lo que lo mejor es que tengas a la mano comestibles como frutas, barras de proteínas, nueces y mucha agua.

¿Crees que nos faltó hablar sobre algún mito? ¡Queremos leer tus comentarios!

 

 


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